Las empresas ya no solo buscan personas intelectual y técnicamente preparadas, actualmente valoran de manera muy positiva su capacidad de autorregulación, adaptabilidad, motivación, empatía o capacidad comunicativa. Personas capaces de identificar y gestionar sus emociones y las de sus compañeros, con habilidades sociales y con capacidad de adaptación a las distintas situaciones. Personas que ante una situación de conflicto, incertidumbre o crisis, sean capaces de sacar lo mejor de sí mismas y de su equipo, siendo un verdadero motor para la acción, siendo lideres del cambio de la organización. En definitiva buscan personas EMOCIONALMENTE INTELIGENTES.

La INTELIGENCIA EMOCIONAL es la capacidad de IDENTIFICAR, COMPRENDER Y MANEJAR LAS EMOCIONES que tiene uno mismo, de tal modo que pueda tener un ritmo de vida equilibrado que facilite las relaciones con los demás, y el enfoque en las metas y los objetivos sin riesgos de abandonarlos por crisis momentáneas. Hablar de Inteligencia Emocional es hablar de Daniel Goleman, Psicólogo y redactor de la sección de ciencias de la conducta y del cerebro en el New York Times desde 1984, ha impartido docencia en Harvard, universidad en la que se doctoró.  Goleman escribió el libro INTELIGENCIA EMOCIONAL en 1995 el cual fue una revolución y se consolida como la base de muchos estudios posteriores promoviendo la idea rompedora de que la gestión positiva de las emociones era más determinante para el éxito en la vida que el coeficiente intelectual.

Dentro de la inteligencia emocional en la empresa podemos distinguir según Goleman cuatro dimensiones básicas necesarias para desarrollar esta inteligencia.

  • Autoconciencia emocional

La autoconciencia es la habilidad que nos permitiría examinar nuestras propias emociones y comprenderlas en su totalidad. Esto nos ayudaría a encontrar su origen y el mensaje que nos quieren transmitir, pero también a ponerles nombre y a comprender cómo influyen en cada situación.

Es necesario tener un gran nivel de autoconocimiento, conocer nuestras fortalezas y nuestras debilidades, nuestros valores, … El hecho de no ser capaz de reconocerlas nos deja completamente expuestos bajo unas emociones incontroladas. Las personas con una gran autoconciencia son capaces de huir de los extremos, sin caer en un exceso de optimismo ni pesimismo.

Conocerse a uno mismo es un punto clave de la inteligencia emocional en la empresa.

  • La autorregulación

El hecho de saber manejar las emociones y los sentimientos con la finalidad de controlarlos y que no se expresen de manera inapropiada es mediante la base de la autoconciencia emocional. Esta parte de la inteligencia emocional intrapersonal como es controlar los momentos de ira o irritabilidad es indispensable para las relaciones interpersonales.

La motivación es clave en la inteligencia emocional. La motivación es sinónimo de pasión, búsqueda de desafíos, ganas de superación y satisfacción por el trabajo bien hecho. Las personas motivadas son conscientes de la importancia de que todos los miembros del equipo consiguen alcanzar sus expectativas. Fijarse unos objetivos o metas y enfocar en ellos tus emociones hace que se mantenga viva la motivación ya que la atención se centra en ese objetivo final y no en los obstáculos que se presentan. De hecho, algunos estudios nos muestran que la capacidad de automotivarnos es una de las más importantes a la hora de alcanzar el éxito. Esta, además de ser una regla poderosa, lleva imantada la virtud de ser aplicable a muchas áreas vitales.

  • La empatía

La empatía se basa en el conocimiento de las emociones en las otras personas. Estas emociones ajenas se pueden detectar por interpretación de señales que las personas expresan de forma inconsciente.

Permite reconocer y entender las opiniones de todos los miembros de la empresa, establecer buenas relaciones entre compañeros y analizar y valorar la implicación de los empleados en la empresa. Los que experimentan la empatía son los que tienen mayores habilidades y competencias de la inteligencia emocional en la empresa.

La empatía nos permite no solo entender las emociones de otros, sino tenerlas en cuenta a la hora de planificar nuestras propias acciones. Sin ella, no seríamos conscientes de nuestro impacto en los demás, y por lo tanto sería mucho más sencillo que hiciéramos daño a la gente sin darnos cuenta.

  • Las habilidades sociales

La última de las competencias emocionales de Goleman es más bien un conjunto de capacidades: se trata de todo aquello que nos permite relacionarnos con los demás de manera efectiva. Así, implicaría aspectos como:

•             La habilidad para hablar en público.

•             La capacidad de conectar con los demás.

•             La superación del miedo a hablar con desconocidos.

•             La gestión de conflictos

•             Etc

La habilidad social es sinónimo de buena relación con los demás, lo que en muchos casos es imprescindible para una buena práctica laboral, ya que estas habilidades son los cimientos del liderazgo, popularidad y eficiencia interpersonal.

No es de extrañar por tanto, que las empresas estés redefiniendo sus estrategias de contratación y captación del talento hacia personas con inteligencia emocional que dominen el autocontrol, estén motivados y sean capaces de motivar, contando con una gran capacidad de persuasión y de trabajo en equipo.

Daeva pone a disposición de tu empresa herramientas para trabajar la inteligencia emocional de tus empleados, a través de programas transversales y formativos de inteligencia emocional que deben jugar un papel destacado en la formación continua de la empresa.

DAEVA, Ayudándote a CRECER.